miércoles, 22 de octubre de 2008

El niño y el dragon


Hace mucho tiempo en un pequeño pueblo chino, vivía un terrible dragón. Nadie lo había visto, pero los padres asustaban a sus hijos diciendo: ¡Si no eres obediente El terrible dragón saldrá de su cueva y te llevará con él! Tiene el cuerpo largo y lleno de escamas como una serpiente y los ojos saltones como una langosta. La barba de un hombre, las zarpas de un tigre y las garras de un águila! Los niños del pueblo estaban muy asustados. Pero había un niño pequeño en el pueblo llamado Wen Li, que no tenía miedo a nada. El no se creía la historia del dragón, ni siquiera cuando hacía travesuras. Cuando el dragón salía en la conversación, él decía : ¡En verdad, no tengo miedo a dragones que viven en cuevas! ¡Y cuando me encuentre con uno de frente, estoy seguro que seré valiente! Wen Li iba a cumplir diez años. En China, se celebra mucho el décimo cumpleaños. Así que, los padres de Wen Li iban a prepararle una gran fiesta. ¡Cuando invitéis a la gente, me gustaría invitar a alguien muy especial! - dijo Wen Li a sus padres. ¿A quién? - preguntó su madre. ¡Me gustaría invitar al terrible dragón. Nunca le he visto y me gustaría conocerle! -dijo Wen Li. Sus padres contestaron: ¡Eso es imposible. Nadie ha visto nunca al terrible dragón! Pero eso no le desanimó. Al día siguiente, su madre le preparó su cesta de comida donde puso fan cocido con repollo salado y le mandó a jugar. Con su comida bajo el brazo, se fue hacia las montañas que rodeaban el pueblo. ¡Debe haber una cueva por algún sitio! - pensó Wen Li. En la segunda montaña, se acercó a la entrada de una cueva que estaba cubierta con telarañas. Wen Li puso su cesta de comida en el suelo, se acercó a la entrada de la cueva y dijo: ¿Hay alguien ahí? ¿Ni hao ma? Wen Li oyó ruidos que salían del interior de la cueva. Retumbos. Rugidos. Los ruidos se oían cada vez más y más cerca, y de repente, apareció un terrible dragón con un cuerpo largo y lleno de escamas como una serpiente y los ojos saltones como una langost a. La barba de un hombre, las zarpas de un tigre y las garras de un águila. Wen Li estaba asustado pero se quedó donde estaba y se dijo: ¡En verdad, no tengo miedo a dragones que viven en cuevas! ¡Y cuando me encuentre con uno de frente, estoy seguro que seré valiente! El dragón retrocedió y reclinó la cabeza. Y con voz baja y temerosa dijo: ¿Qué quieres? ¡Voy a tener una fiesta de cumpleaños y me gustaría invitarte! - dijo Wen Li. Wen Li se dió cuenta de que las escamas del dragón estaban polvorientas y sus garras rotas y sucias. El dragón no podía creer lo que estaba oyendo. ¿Por qué lloras? - le preguntó Wen Li. "En todos los años que he vivido en esta cueva nadie ha sido nunca amable conmigo. Me encantaría ir a tu fiesta de cumpleaños. ¡Súbete a mi espalda y te llevaré a casa! - dijo el dragón.
Wen Li se subió a la espalda del dragón. Miró hacia abajo y vio que las lágrimas del dragón formaron un río. Río abajo iba Wen Li encima del dragón. Cuando llegaron al pueblo, todos se fueron corriendo a esconderse. ¡Ha llegado el dragón! - gritaban. Pero uno a uno, notaron que Wen Li sonreía y que el dragón era en realidad un barco de vapor con forma de dragón. El dragón se había convertido en un barco y Wen Li era el capitán. Llegaron gentes de los alrededores para celebrar el décimo cumpleaños de Wen Li y se subieron todos en el barco dragón. En el festival de barcas dragón de aquel año Wen Li tuvo el barco más grande y más bonito de todos. Desde aquel día, Wen Li fue muy admirado en todo el pueblo. Cuando pasaba, todos recordaban su aventura y se decían unos a otros: ¡Haz el bien y no mires a quién!

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